✨Cuando era chispa divina
Antes de que el tiempo me nombrara y la materia me diera forma, fui chispa, fragmento encendido del gran fuego.
Allí, en el silencio del origen, escribí con letras invisibles un guion que me permitiría recordar lo que soy.
No fue un acto de azar ni de inocencia, sino un pacto con mi propia eternidad: descender al mundo de la densidad y el olvido para reencontrar mi fuerza en medio del colapso.
🔅En aquel espacio sagrado, donde las almas dialogan con la infinitud, tracé líneas de encuentros y despedidas. Elegí, con el pulso del amor más grande, a esas personas que me habrían de herir y confundir. Ellos serían los espejos oscuros que reflejarían mi luz, los actores que con su aparente crudeza me llevarían al límite de lo humano para que, justo allí, en la fractura, emergiera el recuerdo. No los escogí para odiarlos, sino para amar aún lo que duele; para reconocer, desde la ruina, el poder de mi reconstrucción.
🔅Sabía que al llegar a la Tierra mi memoria se nublaría, que la inocencia de niño sería pronto tocada por la dureza de la experiencia. Pero también sabía que en cada caída y en cada desgarro había una clave escondida: el llamado a despertar. Así, mi guion no fue escrito para mantenerme débil, sino para recordarme que la fragilidad es apenas la antesala de la grandeza.
🔅Hoy, al mirar hacia atrás, comprendo que cada encuentro, cada palabra que me hirió, cada abandono y cada mentira, fueron pinceladas exactas de un plan perfecto. Que aquellas manos que parecían empujarme al abismo, en realidad me entregaban la oportunidad de desplegar mis alas. Y que el colapso no fue ruina, sino semilla.
🔅Soy el autor de mi trama y el protagonista de mi despertar. Yo, chispa divina, descendí para olvidarme, y en el olvido descubrí que el fuego jamás se apaga. Mi guion era claro: perderme para encontrarme, romperme para expandirme, amar incluso a quienes parecían verdugos, porque todos fueron cómplices en el único propósito verdadero: recordarme a mí mismo como poder, como luz, como eterno.
.'.✨Mark✨.'
🔅En aquel espacio sagrado, donde las almas dialogan con la infinitud, tracé líneas de encuentros y despedidas. Elegí, con el pulso del amor más grande, a esas personas que me habrían de herir y confundir. Ellos serían los espejos oscuros que reflejarían mi luz, los actores que con su aparente crudeza me llevarían al límite de lo humano para que, justo allí, en la fractura, emergiera el recuerdo. No los escogí para odiarlos, sino para amar aún lo que duele; para reconocer, desde la ruina, el poder de mi reconstrucción.
🔅Sabía que al llegar a la Tierra mi memoria se nublaría, que la inocencia de niño sería pronto tocada por la dureza de la experiencia. Pero también sabía que en cada caída y en cada desgarro había una clave escondida: el llamado a despertar. Así, mi guion no fue escrito para mantenerme débil, sino para recordarme que la fragilidad es apenas la antesala de la grandeza.
🔅Hoy, al mirar hacia atrás, comprendo que cada encuentro, cada palabra que me hirió, cada abandono y cada mentira, fueron pinceladas exactas de un plan perfecto. Que aquellas manos que parecían empujarme al abismo, en realidad me entregaban la oportunidad de desplegar mis alas. Y que el colapso no fue ruina, sino semilla.
🔅Soy el autor de mi trama y el protagonista de mi despertar. Yo, chispa divina, descendí para olvidarme, y en el olvido descubrí que el fuego jamás se apaga. Mi guion era claro: perderme para encontrarme, romperme para expandirme, amar incluso a quienes parecían verdugos, porque todos fueron cómplices en el único propósito verdadero: recordarme a mí mismo como poder, como luz, como eterno.
.'.✨Mark✨.'
